En condiciones competitivas, un empate en condición de visitante siempre será visto con beneplácito, pero en un amistoso, donde la exploración es lo que cuenta de seguro generará más preocupaciones que satisfacciones y esto de seguro, es lo que dejó el duelo entre Guatemala y Venezuela.
Mantuvo “Bocha” Batista que estos partidos “no son amistosos”, por lo tanto sus resultados entrarán en un análisis profundo del cuerpo técnico.
El partido realizado en el Shell Energy Stadium de Houston en Texas deberá dar unas respuestas de la actuación colectiva de la Vinotinto, en especial, porque la llamada “vara alta”, no estuvo tan a la altura.
Partido de contrastes
Esta película habrá que verla en partes. Lo que fue el tráiler promocional, el primer tramo del filme y la bajada del telón tras concluir el acto protagónico.
Una primera parte, con muy pocas sorpresas en la formación de apertura y que por unos 20 minutos dejó sensaciones agradables, pero hasta ahí.
Las impresiones en la entrega, el desgaste de ejercer una presión alta, pero improductiva, se transformó en una posesión y dominio de los guatemaltecos, resaltando la labor defensiva de Joel Graterol –una de las gratas novedades- que con sus actuaciones mantuvo su arco en cero, tal y como suele hacerlo en el América de Cali en Colombia. Los “Chapines” inclinaron la cancha a su favor en los minutos finales del primer acto.
Para el complemento, la actitud fue otra, con las modificaciones del “Bocha” desde el vamos del minuto 45. Rómulo Otero, Tomás Rondón y Jefferson Savarino se quedaron en las duchas, dando ingreso a Salomón Rondón, Christian Cásseres y John Murillo. En algo cambió el desarrollo del partido, pero sí soluciones claras de cara a marcar y por ende, tras apagar las luces del estadio, todo quedó en un pálido empate. Con más preocupaciones, que satisfacciones.
Empate: deudas y créditos
Quedará para el análisis interno sobre la derrota ante Italia y este empate, sacar conclusiones de esta gira norteamericana, con puntos bajos, con interrogantes pendientes, sobre todo ante la cercanía de la Copa América-24 ante rivales conocidos como México, Ecuador y Jamaica. El pronóstico del tiempo, por ahora, está nublado y sin probabilidades de lluvia.
Quedaron en deuda Rómulo Otero, con muy poca movilidad y poca productividad ofensiva. Jefferson Savarino no termina de dar el salto en la “Vinotinto”, mientras que si destaca en sus equipos. El capitán Tomás Rincón, merecerá un análisis más profundo. Su palmarés nadie lo borrará, pero su tiempo competitivo parece haber llegado al final.
Crédito para el joven guayanés Kervin Andrade -formado en Mineros de Guayana- que dejó destellos de su atrevimiento o de “irreverencia”, como diría el Dr. Richard Páez.
Quedarán abiertas las esperanzas para Telasco Segovia, Matías Lacava, Daniel Pereira y otros, que fueron a la gira para incorporarse como “sparrings”. El tiempo dirá la última palabra. Por ahora, el Guatemala-Venezuela dejó más preocupaciones que satisfacciones. @igarcia100