Satisfacción, frustración y tristeza se unen en el balance de la Vinotinto preolímpica en que se quedó fuera de Juegos de París 2024.
Estamos marcados por el triunfo. Si ganamos somos los mejores del mundo, si perdemos somos todo lo contrario. Una situación que prácticamente se vive en todos los ámbitos, pero en especial en el deporte. La Vinotinto preolímpica que participó en los previos a París 2024 demostró que esto apenas comienza y es que un nuevo ciclo olímpico habrá que comenzar a trabajarlo desde ya.
Por primera vez en la historia del país futbolístico se llevó a cabo en Venezuela un torneo clasificatorio para unos Juegos Olímpicos. Con sus virtudes y defectos, el certamen determinó que desde Caracas volarán para París, las selecciones de Paraguay –campeón del evento- y Argentina, mientras que Brasil y Venezuela, que llegaron con chances de asistir, se quedaron sin pasaje.
De la ilusión y satisfacción de ver que sólo se estaba a un paso de la histórica clasificación a unos Juegos Olímpicos, se pasa en fracciones de segundo a la frustración y tristeza, en gran parte, marcada por la alta expectativa generada por conseguir el objetivo y quizás, no preparados para el fuerte efecto de la eliminación.
Ésta Vinotinto preolímpica demostró que esto apenas comienza, pero será con otros protagonistas, pero también será la continuación de ese proyecto llamado “Corazón Vinotinto”, que marcará las pautas a seguir, para que esa satisfacción y expectativa que se creó por unas tres semanas, se traduzca en el hecho tangible de estar en los Olímpicos de 2028 en Los Ángeles.
Paso a paso
Primer objetivo cumplido. Invictos, la ilusión brotaba a flor de piel, pero muy cercaba estaba también la frustración y tristeza.
La Vinotinto preolímpica tuvo la benevolencia de comenzar con los rivales accesibles para conseguir el avance a los cuartos de final –situación que finalmente consiguió-, pero que finalmente se convirtió en su “verdugo”, ya que los cruces hubiesen sido otros, si hubiese clasificado de primera en su grupo.
Empates iniciales dejaron dudas en el camino a París en los primeros partidos de su grupo. Bolivia nos igualó a tres, cuando los nuestros ganaban 3-1 y con un jugador más. Con Ecuador –el segundo rival- fue una historia parecida, se comenzó ganando y se terminó empatando. A Colombia se le ganó con merecimiento y se pudo despachar a Brasil, para sellar el boleto a los cuartos.
Bajo rendimiento en los cuartos de final
La Vinotinto preolímpica ya instalada en la fase final, «haciendo fila para abordar el vuelo con destino a París», bajó notablemente su rendimiento.
Al principio del «todos contra todos», en un polémico, pero emocionante partido, empató con 2-2 Argentina, dónde se sumó el único punto de la fase final del Torneo Pre-Olímpico. Con méritos o no de los «amazónicos», perdimos ante Brasil, con el único chance de clasificación, una victoria ante Paraguay, resultado que no llegó y que vino a mostrar la cara más oscura y deficiente de la Vinotinto preolímpica.
Apenas comienza
El seleccionador nacional Fernando “Bocha” Batista siguió de cerca cada uno de los encuentros de la Vinotinto Pre-Olímpica Sub-23 y dejó frases muy claras de cara al futuro.
“Que éste resultado no opaque el gran rendimiento que ha tenido Venezuela, en este complicado Preolímpico. Debemos sentirnos orgullosos por cómo nos representaron, éste es el camino y queda mucho trabajo por delante”, señaló el técnico argentino en su cuenta de red social X.
Vendrá un nuevo ciclo olímpico, quizás encabezado por muchos de los que estuvieron en el Mundial Sub-17 y otros elementos que se irán sumando, pero no cabe duda que ese mismo trabajo debe continuar.
«Mano, tengo fe»: El slogan que inspira a la Vinotinto
Van pidiendo pista
Culminado el Pre-Olímpico, queda otro trabajo por delante y que indudablemente son los llamados a formar parte de la generación de relevo.
Sacan buenas notas jugadores como Telasco Segovia, Jovanny Bolívar, Matías Lacava y David Martínez, que seguramente serán tomados en cuenta para su incorporación al primer equipo nacional, especialmente en la Copa América Estados Unidos 2024.
Pero la observación seguirá con otras ópticas en jugador como Kevin Kelsy que no termina que “cuajar”, Emerson Ruíz, que debe ser inicialista y no siempre revulsivo, el portero Samuel Rodríguez y los chamos Carlos Vivas, Carlos Faya y Renné Rivas.
Por eso, el proyecto “Corazón Vinotinto” demostró con la Pre-Olímpica, que esto apenas comienza. @igarcia100