Más de una vez hemos escuchado que no importa cómo se gana y ésta será una de ella. «El cómo sea también sirve». Celebremos el triunfo, gritemos el gol de Salo -cuántos piden su cabeza-, después, quizás analizaremos el partido.
En Maturín a desbordar, no importa sin muchos entrar gratis, pero lo llenaron y le brindaron el apoyo a una selección que vence a un rival directo y le saca ventaja.
Son muchas las veces que se pide perfección, pero los nuestros, no son perfectos, pero si son luchadores y metedores.
Dos partidos en uno
Una primera parte muy rescatable para los nuestros, donde Yangel la tuvo para abrir la llave de la puerta del triunfo.
En la segunda, los guaraníes tomaron para recaudados ofensivos, pero no llevaron un extremo peligro como para perforar la valla de Romo.
Yangel de nuevo, ésta vez sí la metió, pero el VAR y sus manos evitaron la conquista, hasta que llegó la sentencia desde los doce pasos tras una mano de Piris, un jugador de mil batallas, pero al mejor cazador también se le escapa la liebre.
Salomón pidió la pelota, la puso en el manchón de la 5-50, el país templaba y ligaba. El portero se tiró a la izquierda, Salo pateó a la derecha. La pelota se juntó con las redes y en segundos el villano para muchos pasó a ser el héroe para todos.
Sigue el camino para el Mundial de las Tres Naciones. Ya celebramos el primero y de seguro vendrán muchos más. @igarcia100